CUATRO POEMAS SECRETOS
Autor: Ricardo Silva-Santisteban
Editorial: Lustra Editores
Páginas: 17
Año: 2012
Por: Jim Anchante Arias
Cuatro poemas secretos (Lustra Editores, 2012) es la última publicación poética de Ricardo Silva-Santisteban (Lima, 1941), quien, como sabemos, ha reunido toda su obra lírica anterior bajo el título de Terra incognita. En este nuevo libro nos encontramos ante unos breves poemas en los que, en gran medida, persisten ciertos elementos que caracterizan su poética: la obsesiva búsqueda de la palabra precisa, la eufonía y el encadenamiento de imágenes sugestivas, sensoriales y surrealizantes, entre otros.
Quisiera detenerme rápidamente en ciertos temas de este breve conjunto. Uno de ellos se relaciona con el título, vale decir, el tópico del secreto. Silva-Santisteban, fiel a su simbolismo, entreteje una naturaleza mágica y casi cosmogónica, misteriosa, donde «debemos completar la estela de los signos» para adentrarnos al sentido de su universo. Sin embargo, a nuestro parecer, dos son los ejes que moldean y animan este secreto: la sorpresa y la muerte. Hay cierta estela de acabamiento impregnada en algunos de sus versos, una suerte de conciencia de finitud «cuando las rosas se extinguen / y adquieren el color de lo invisible». Y, como siempre, queda inconcluso el conocimiento que más nos angustia, el ontológico, pues el poeta se dice a sí mismo: «Debo aceptar el tiempo y la desdicha de su curso / Pues solo parece enhiesto con su punta de lanza / El cuerpo no resiste ya la plenitud del ser». Pero he ahí de súbito la aparición del tiempo mítico, donde la idea de acabamiento se encadena con la de un cíclico empezar, donde «la vid podrida renace de sí misma» y «la vida ocupa de nuevo el esplendor de la luz». Y ello genera una desmedida sorpresa en el poeta, creador de una realidad simbólica: aquella que está tras la búsqueda de una verdad que no llega a asir. Esa es la razón por la cual el poeta le sugiere a su amada que «la ilusión se despliega inalterable / cuando casi estrujamos el hilo de la flor / y nos sorprendemos de estar vivos todavía».
Nos abstenemos de continuar trazando una línea de lectura que rebasaría los límites de esta primera aproximación. Solo quisiéramos terminar recomendando la lectura y el goce de estos poemas secretos de Ricardo Silva-Santisteban, un escritor cuyo trabajo con la palabra, en una época dominada por el prosaísmo, nos devuelve a esa visión cuasi-hechiza de la tradición poética. Su compromiso con la Poesía Mayor (con mayúscula) se manifiesta en esta representación eufónica y delicada de una angustia, una emoción, un misterio, en fin, que nos sigue acechando.
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