Poesía

Tres poemas de Elizabeth Peláez Sagástegui

¿Es que acaso ese puerto existe?

                                                                               a Blanca Varela e Inio Asano

En un remoto pueblo de la costa

hay una playa que nunca está ocupada,

ni siquiera cuando llega el verano…

¿es que acaso ese puerto existe?

me pregunta el rumor del oleaje

mientras camino entre crustáceos milenarios

y rojas algas prístinas…

En un remoto pueblo de la costa

el mar y el cielo amanecen en calma

y los pájaros cantan

sobre la cabeza de los pescadores

que preparan la chalana para la faena matutina…

En un remoto pueblo de la costa

recibo la bendición del santo

y me subo al último Ichmay…

veo la playa por última vez

y ya no me importa ahora porque,

después de tanto naufragio a la deriva,

el rumor del oleaje me dice

que ese puerto existe.

Hojas de esperanza

en el jardín de las palabras

escribo…

y vuelvo a escuchar tu nombre

(una y otra vez)

como si fuera la primera vez

que nos vemos

entre las hojas tranquilas de los parques

cuando llega el verano…

¿es la tristeza de las hojas pálidas

llenas de esperanza?

me pregunta el corazón

(una y otra vez)

mientras escribo tu nombre en la rama

que nace bajo la lluvia

en el jardín de las palabras.

Crisantemo

“Una vez intenté alcanzar el cielo

y fue mala idea, pues no hice más

que hundirme en la tierra”.

(Edward Elric)

…y las hojas del Crisantemo

vuelven a caer sobre este jardín

donde una tarde lejana,

muy lejana,

fuimos la obra magnífica

de un cuerpo enamorado…

¿hojas de azul o de invierno?

es tiempo ya de que aceptes

amado Crisantemo mío,

que una tarde lejana,

muy lejana,

quisiste volar alto,

muy alto,

y que (¡otra vez!) vanamente caíste,

como una dulce balada

de poeta triste.

Elizabeth Peláez Sagástegui (Callao, 1992). Es magíster en Literatura Hispanoamericana por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Miembro del Círculo de estudios japoneses Tenjin (– 天 神 学 団) y de la Red Iberoamericana de Investigadores en Anime y Manga (RIIAM). Fue redactora web de la primera revista otaku del Perú Proyecto Sugoi. Fue docente en Satori – Asociación Cultural (悟り). Ha publicado poemas en Liberoamericanas: 100 poetas contemporáneas (Liberoamérica editorial, 2018), El mar no cesa (Ángeles Del Papel Editores, 2019), Puerto de letras. Poetas del Callao en el Bicentenario (Ángeles Del Papel Editores, 2021) y, la más reciente, Flores de otoño. Antología del taller de creación de haiku (Personaje Secundario, 2023).

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Lucerna N°14, Poesía

Tres poemas de Karla Gil Espinoza (Lucerna N°14)

Canarios
La esfera ha sido tragada por tus verdes entrañas.
Repites el nombre de ella mientras agonizas en el tintero.
Renuncias a la idea que tuviste de niño
de recolectar estrellas en un balde sin fondo.

No están los dioses en el norte,
persigues la tibieza de cuatro tuertos canarios.
(Todo o nada)
Tu vapor incrementa el aroma de ella (o: su aroma) en tu circular habitación,
La esfera compromete tus pulmones y el minutero dilata tu salida.

Polillas,
tildes
y franceses distraídos componen tu silencio.

El amanecer,
los canarios,
el tintero
y el canillita de la esquina se observan,
y están a punto de revelar al infierno, un nombre.

Morfina
Soy carroña de mis propias manos,
carne en estado de genuflexión.

Espinas espejos agujas
se diluyen bajo mi piel.

Soy navaja y hago parir la mirada de un dios
que tiembla ante una taza de café.

Pétalos lodo ojos,
se dilata a lo lejos una lengua una lámpara.

Bosques encendidos
Y así, posan lento las aves
sobre una campana triste
y espera ser anunciada
por las manos del siglo dieciocho.

La colmena sangra mi pecho
es la niña flor de plata
cuerpo de sal
que enciende bosques de algarrobos.

Zafiros crujen en la fosa tibia,
en la que se esconden sus manos.

Caminos de serpientes azules,
aceleran el hambre de la niña.
¿Por qué llorar a maderos que no responden?

Karla del Pilar Gil Espinoza (Lambayeque, 1995). Licenciada en Educación Secundaria Lengua y Literatura de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque. Directora y fundadora del Club de Lectura “Bestiario”.  Actualmente, se desempeña como docente de Comunicación en el Colegio San Agustín de Chiclayo, es voluntaria y difusora de la Organización cultural La Noche de los Libros. En 2020, publicó en las antologías Camino al este y Polifonía oculta del Fondo de Cultura Económica, y en 2021, en el poemario colectivo Máquinas en proceso de la Editorial Máquina Purísima.

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Lucerna N°14, Reseñas

Reseña de Apacheta de Lourdes Aparición (Lucerna N°14)

Reseña de Apacheta en Lucerna 14 por Sheridan Medina

Reseña publicada en Lucerna N°14

Hipatia Ediciones
Año: 2021
Páginas: 86

Por: Sheridan Medina Cabrera

Acostumbradas a conocer nuestra historia, los dramas trascendentales de la vida, los grandes relatos épicos desde la perspectiva masculina, y a través de su palabra, entender nuestra existencia y participación en la esfera pública como mujeres ha sido un ejercicio que hemos reclamado profesar, particularmente en el oficio literario. Para nosotras, la palabra ha sido un campo de batalla. Las poéticas migrantes representativas del siglo XX como la de César Vallejo, José María Arguedas, Leoncio Bueno, entre otros, presentan diversas épicas de la migración en las que el hombre es el protagonista. A partir de su subjetividad, se registran y poetizan los éxodos migratorios más relevantes de nuestra historia, aquella que denominamos “poesía migrante”. Con la entrada de miradas críticas que atienden la existencia de las mujeres como sujetas históricas, se ha llamado la atención sobre su rol en los diversos procesos sociales y, en el caso de los estudios literarios, sobre la caracterización de su voz poética y su representación en la literatura. En este contexto, surge Apacheta (2021) de Lourdes Aparición (Apurímac, 1993). Dividido en tres partes, “Mujer”, “Tierra” y “Altar”, el poemario explora la enunciación de un discurso migrante construido según la mirada, subjetividad y lenguaje de una mujer migrante e hija de migrantes.

Como la apacheta, ese montículo de piedras que se erige a la mitad de los caminos para agradecer y pedir protección a la Pachamama, este libro es un conjunto de memorias y vivencias relatadas desde el yo, pero también desde una voz coral y colectiva. Es el registro del tránsito de la viajera por el camino de la historia de su comunidad, de sus ancestros y ancestras, particularmente de sus mujeres. En Apacheta, la mirada migrante se desliza entre la experiencia colectiva y la vivencia personal, entre la memoria histórica de su comunidad y la memoria familiar. El ayer y el hoy, el campo y la urbe se articulan a partir de una retórica que contrasta sus diferencias y las emplaza en la experiencia migrante de una mujer que da testimonio de su propia migración, pero enuncia también, a través de su voz, la de sus antecesoras: “[…] ustedes mujeres / que bajan de todos los cerros / de todas las quebradas / de las ciudades en escombros / escuchen / mujeres tejedoras de sueños ajenos / artistas anónimas de las ciudades silenciosas […] escuchen también / a las otras mujeres / no es ocho de marzo / no es catorce de febrero / pero escuchen / hoy estamos / como en 1955 / rotas” (14).

Existen dos aspectos que remarcar en Apacheta, su carácter épico migrante y la voz de la mujer como protagonista del periplo. Respecto al carácter épico y la tradición en la que se inserta, la poesía migrante aborda el fenómeno migracional como un proceso histórico reivindicativo en que el protagonista, tradicionalmente hombre, emprende una travesía de la cual es el héroe. Este periplo se caracteriza constantemente como parte de un designio divino, pues corresponde a una cosmovisión mesiánica en la que el retorno del orden prehispánico es inexorable. El mito del Inkarri se alude en estos textos para profesar la vuelta de un orden perdido, que el éxodo migratorio andino repondrá tarde o temprano. En Apacheta se aborda esta representación mítica de la migración no solo a partir de la intertextualidad con el mito, como en el poema “Nuestro rostro” o “Hemos dejado a los Apus durmiendo”, sino también desde la metatextualidad con la tradición de la poesía migrante andina, referida en los epígrafes de Arguedas y Leoncio Bueno. Se trata de un vívido testimonio de la profecía migrante, así como de una poética que se articula sobre los pilares de una tradición literaria ya existente, según la cual se construye el discurso de los y las nuevas sujetas migrantes: “Nuestro rostro está extenuado / los ríos profundos han recorrido / por muchos años / el interior de este tronco / de este país / que niega mi nombre / calla nuestra voz / y nos voltea la cara. / He querido contarles / que tengo un gran deseo: / en algún momento / nos tocará movernos” (41-42).

El migrar es un fenómeno que se desarrolla en la esfera pública. Su liderazgo responde a roles de género, como el de proveedor, protector y autoridad, asignados tradicionalmente a los hombres, por lo que las narrativas migrantes parten de un lugar de enunciación común: el masculino. Ello significa que la migración, como experiencia y fenómeno, se representa en las poéticas migrantes de acuerdo con la subjetividad del hombre. Por lo tanto, estos discursos se configuran a través de un lenguaje predominantemente masculino. En ese absoluto discurso masculino, se invisibilizan otras épicas, como las de las mujeres, quienes participan en la migración desde su propia subjetividad y lenguaje. Apacheta representa estas épicas silenciadas por omisión, por el peso de estar atribuidas a lo privado, espacio que no es concebido como lugar de hazañas, acción e historia. Se cuestiona, además, lo público, y se presenta la inserción paulatina y particular de las mujeres migrantes a este espacio. En poemas como “Manos de campesina”, “Como en mil novecientos cincuenta y cinco”, “Descalzas sentimos la vida”, se advierte el lado B de la épica migrante, aquella ejecutada por las mujeres, evidenciando que no solo han sido sujetas sociales de la historia del país, sino también el sostén de sus grandes transformaciones.

Sheridan Medina Cabrera es licenciada en Literatura por la Universidad Nacional Federico Villarreal y magistra en Educación por la Universidad San Ignacio de Loyola. Cuenta con estudios concluidos de posgrado en Literatura con mención en Literatura Peruana y Latinoamericana por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Su campo de investigación comprende a la poesía peruana del siglo XX, particularmente las poéticas migrantes andinas, la literatura escrita por mujeres, así como las poéticas latinoamericanas que reflexionan en torno a la insuficiencia del carácter representativo del lenguaje.

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Lucerna N°14, Poesía

Tres poemas de Paola Dávalos (Lucerna N°14)

ARDID

No importan los motivos de retorno
si no cómo la profundidad
deshace
aquí no hay señal ni ruta para encontrarme
solo
salir muriendo.

Dolor cautivo
tu corteza desfigura límites:

mimetizar con la noche parecía sublime
caer desnuda sobre los autos
un mal cálculo de atracción
ser absorbida por el vacío de los edificios

cualquier indicio vital

Pulir la muerte del cuerpo
convertirlo en joya
y su brillo
es obra hamparte de los caídos.

La sangre
rebalsa
muros de piel
revelando su caudalosa
huida.

Derrotado el juicio
alejada de toda orilla
nado
y no alcanzo a distinguir
el lenguaje. Esa voz, precipicio
o sus manos
atrapándome.

Quiero verte
el último día del año.
Nuestro encuentro.
Te deseo como poema que pudo ser
extraordinario
pero mi falta de talento
no sedujo a nadie,
ni evitó que el desespero
atacara.

Ardid-a
arena consumada
& ceniza.

SIMA

Dentro de mi cuerpo
hay otro
rocoso de altos precipicios
por debajo hay más
aquí donde entraño

feroz
ausente
mi sibila
se deforma
frente
al cristal
soy

enseño los colmillos
y ella muerde
quién es la bestia
rehén de espejismos

invoco al aire, a las flores
poséanme
de música y rocío
déjenme respirar
sus raíces, hojas
pétalos
deseo protegerlas
del polvo
las ensucia,
agravian las plagas
las quiero salvas, de colores fuertes

muerte
niña perpetua
tú sabes soltar las rejas
encarnizar
no me basta el instinto
ni las revelaciones
míticas

devuélveme a la tierra que es mi carne

AURORA

Es necesario enterrar el cuerpo
cubrir con las tres primeras horas
de luto

y sobre él

el más pesado hierro
brazo siniestro
empuña en dirección
a la cumbre
expandiéndose
bruma
visión de caldera
pan
vino es esta
carne
dermis
zigzaguea

los guardianes de caza
sobrevolarán
para darte encuentro y asunción

testigo

delira
en afán de anhelo
la nueva flama
sustrae savia
todo espectro que amenace
contagiar su agonía

escucharás
el augurio del ave

Salve olla de Era

Paola Dávalos (Lima, 1991) es poeta y gestora cultural. Fue coorganizadora del colectivo “La Huaca es poesía”2020-2021. Miembro y fundadora de los grupos artísticos:  Verbo Húmedo (poesía erótica en escena) 2019-2020, Gugú Dadá (poesía y música) 2017. Ha publicado poemas en revistas y antologías: Volteando al Siglo 25 poetas peruanos (Casa de las Américas, 2020), Versos desde el encierro (FCE Perú, 2020), Aislados (Dendro, 2020), Al Filo del Sol (1era. antología poética en braille del Perú) Golem Editores (2019). Ha participado en distintos recitales, homenajes y eventos de poesía.

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Lucerna N°14, Poesía

Tres poemas de Gabriela Atencio (Lucerna N°14)

Amaru

Cuando pienso en Fitzcarrald y en sus mercenarios,
cuando pienso que esos genocidas eran hombres
me dan ganas de nacionalizarme culebra

César Calvo, Las Tres Mitades de Ino Moxo

Viendo encarnarse repetidamente
la Historia de América en una sucesión
de éxodos y ríos escarlatas
desearía jamás haber aprendido
la lengua de Fitzcarraldo

Ah tú y yo sólo hemos aprendido
una canción de destierro
y la lengua de exilio sorberá el caldo
de nuestros hijos desmemoriados

Pero no huyas de esta máscara
que ahorca cual serpiente
y dice llamarse castellano abrázala
hasta volver cenizas los maderos
del autoproclamado amor

Vuelve en cualquier forma
jaguar hoja demonio
vuelve en cualquier sexo
vuelve incluso sin sexo
pero vuelve

No me dejes solo conspirando con la imagen
de los desaparecidos
cuando ya no soy más
que un cuervo blanco
hurgando en la memoria

Microeconomías

Los pasos de mi madre rondan ajenos
por las famélicas estancias
donde pastorean estoicos rebaños
con su inflamable marsupio

La llegada de un hermano reconfigura
las dimensiones de las hostias
y por más que amanse masas míseras
siempre hallará tras las puertas del horno
el pastel que nunca leuda

He aprisionado el flujo de la Historia
y el quid de la existencia he visto
a los corderos morderse de sus paradigmas
y a mi madre atesorar con incertidumbre
el germen del Hombre
pero sobre todo
ofrendarnos amorosamente
la plusvalía de un hogar hecho de migajas

Y al ver a los animalitos que criamos
proliferar leudar vivir
sin importar el final certero
nos vi luchando hambrientos
sabiendo que nuestro destino probablemente
era caer malheridos sobre las manos limpias
del Mercado

Pero aún mi madre de pasos inflamados
se levanta
en búsqueda de la canasta familiar
censa las cifras de exponenciales trayectorias
regresa a casa a veces sola
con su corazón indivisible en mano
y lágrimas que aún no le son arrebatadas
por la inflación

Y aunque desconozca a Malthus
Smith o Keynes
o qué trocha conduzca a Wall Street
sabe que a diario nacen seres hambrientos sin pan
sospecha que juega a los dados
un tendero de manos invisibles
desconfía de la libre economía del miedo
y claro que sabe de martes jueves diciembres negros
¿y por qué no?
grandes depresiones

Kawai O’o

Ah, tú y yo habitamos en una tierra difusa, con grietas
tan profundas que impiden el encuentro.

Diamela Eltit, El infarto del alma

Cuanto pueden las aves es desnudar
nuestros empobrecidos alcázares
del amor con su lírica de siglos
y secretamente avisarme
si en tus ojos han vuelto a asomarse
los peces de la primavera

Porque arañando el aire
me digiere este duelo imposible deshojando
mis plumas más concupiscentes garganta
que reclama tus alas del tiempo

Qué elegancia tienen las aves
para disimular su fantasma en celo
levantando alcázares enramados
lustrando sus colores brillantes
que llaman a la muerte

Cada vez que los peces y las aves
te pierden el rastro arrullo mis ansias
con el canto de pájaros extintos

¿Cuántas veces el amor me habrá encontrado
caminando solo sobre las arcas del diluvio?
¡Cuántas veces habré perdido el tiempo
haciendo del amor un estandarte de espaldas
a los animales!

Gabriela Atencio (Lima, 1994). Egresada de la Facultad de Ciencias y Filosofía de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Fue finalista en el VII Concurso Nacional de Poesía Scriptura para Mujeres (2020) y en el III Premio Internacional de Poesía Joven Francisco Ruiz Udiel (2021).

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Lucerna N°14, Sumarios

Sumario de Lucerna N°14 (Marzo 2022)

Lucerna 14 sumario

Sumario del decimocuarto número de la revista literaria Lucerna. En la sección de crítica, artículos sobre la poesía de Manuel Moreno Jimeno, el teatro de Carlos Germán Amézaga, la narrativa de Mónica Ojeda; ensayos sobre el cine de Kenji Mizoguchi y la música de John Cage. En la sección de traducción, poemas de Herta Müller, Joy Harjo, Guy Goffette y Guilhermino César. En la sección de creación, poesía, cuento y teatro de autores y autoras peruanos y extranjeros. En la sección de reseñas, comentarios de libros recientes. Finalmente, en la sección de arte, una acuarela de una artista peruana.

SUMARIO DE LUCERNA N°14

CRÍTICA
Manuel Moreno Jimeno: una simbiosis liminal con la poesía
4  Jhonny Pacheco Quispe

Sofia Perowskaia, de Carlos Germán Amézaga: la incursión peruana en la literatura del extremismo político
10  Julio Isla Jiménez

Espejos ominosos: los usos y efectos siniestros del doble en Mandíbula de Mónica Ojeda
17  Diana Hidalgo Delgado

El cine de preguerra de Kenji Mizoguchi: la moga (chica moderna) en Elegía de Osaka
22  Talía Vidal Fernández

John Cage: a la escucha del silencio
28  Alejandra Borea

TRADUCCIÓN
Poemas-collage de Herta Müller
35  Traducción y presentación de Nicolas López-Pérez

«La última canción»: un recorrido por la poesía temprana de Joy Harjo
40  Traducción y presentación de José Miguel Herbozo

«Un poco de oro en el lodo», poemas de Guy Goffette
46  Traducción de Coralie Pressacco de la Luz

Cinco poemas de Guilhermino César
52  Traducción y presentación de Marco Campos

CREACIÓN

POESÍA
Poemas inéditos
56  Silvia Eugenia Castillero

Poemas
59  Ana Varela Tafur

Poemas
60  Gabriela Atencio

Poemas
62  María Dayana Fraile

Poemas
64  Sharon Rodríguez

Poemas
66  Paola Dávalos

Poemas
69  Noraya Ccoyure Tito

Poemas
70  Karla Gil Espinoza

Poemas
72  Lorena Champy

Poemas
74  Mariela Paredes

Poemas
76  Alejandra Borea

CUENTO
Comunión
78  Mariangela Ugarelli

TEATRO
Música en su adentro. Adaptación teatral de Diamantes y pedernales, de José María Arguedas
80  Julio Isla Jiménez

LIBROS
89  Kauneus (La belleza) de Roxana Crisólogo (José Miguel Herbozo)
90  Híbridos de Somnia e In de Mariela Paredes (Julio Isla Jiménez)
91  Apacheta de Lourdes Aparición (Sheridan Medina Cabrera)
92  Los desnudos de Antonio Lucas (Paulo Caffo)
93  La vida de las marionetas de Fiorella Moreno (Jhonny Pacheco Quispe)
94 
Arpa de wamani / Harpa de Wamani de Óscar Colchado (Sergio Luján Sandoval)

ARTE
95  Todas las vidas. Acuarela de Irene Bendezú

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Lucerna N°14, Poesía

Tres poemas de Mariela Paredes (Lucerna N°14)

Mariela Paredes (Huaraz, 1993)

Mariela Paredes WEB - ok   

Voy sin luz

Mi reflejo comete vidas no conocidas

Les atribuye

Un centro

Un dialecto inmoral

Frases invertidas

Queriendo colonizar

 

Equilibrio

 

Vientos revanchistas

 

Compuestos con mi atrevimiento

Y el inescrupuloso corazón mío

Los árboles me sacuden de lado a lado

Y el aire es mío                                                       siempre fue mío

 

 

Visible

Me doy un poco cuenta

De aquello

Y de lo otro

De lo que sucede en mí

 

Visibilidad predilecta

 

Cuando las antenas

Están mal colocadas

Y el ruido establece una

Mejor proyección

O

Cuando mis músculos explotan

Sobre el monte

Obscuro aventurero

Imbuido de algunos

Conflictos rudos

En

Medio del cielo

Degradado

Continúo

Con las venas cavas

Extasiadas y

Sigilosas

 

Documento blanco

Un documento blanco me espera
Se sienta a mi lado
Arrulla mi mano
Hace temblar mi pecho
Subo esa escalera que prohíbe
La velada del ruiseñor
Sigo escalando
Y se me aletarga la impresión en
Cada grada, en
            Cada aliento, en
                        Cada filtro que agradece que me marche
Ese romance mío crece
Dejando mi mano revelarse
Trágicamente
Trágicamente
Ese romance mío
Fue tráfico
Hoy en su niebla
                           festejo

 

Mariela Paredes (Huaraz, 1993). Publicó sus primeros poemas en Las Poetas (Lima, 2020). En mayo de 2021 publicó su primer poemario Híbridos de Somnia e In.

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Artículos, Lucerna N°13

Poéticas de la desaparición: necroescrituras y violencia en Antígona González (Lucerna N°13)

Sara Uribe en Lucerna N°13 WEB

[Extracto del artículo «Poéticas de la desaparición: necroescrituras y violencia en Antígona González», publicado en Lucerna N°13 (Diciembre 2020)]

Por: Rocío del Águila Gracey

¿Cómo se debe pensar la violencia en México? ¿Qué papel cumple el estado y el crimen organizado en la corrupción, muerte y desapariciones? Al respecto, se señala que “México es un país en el que han muerto, dependiendo de las fuentes, entre 60 y 80 mil ciudadanos en circunstancias de violencia extrema durante los años de un sexenio al que pocos dudan en denominar como el de la guerra calderonista” (Rivera Garza 18). Esto demuestra que la situación de precariedad e inseguridad de la “guerra contra el narco” ha traído resultados nefastos para los ciudadanos y ha reformulado la concepción de estado-nación.

Bourdieu sostiene que el estado construye la realidad social mediante el ordenamiento y la imposición de categorías de percepción que se incorporan en la estructura mental como formas universales de lo que se entiende por estado-nación, armonía y agentes de seguridad (168). Esta definición permite concebir al estado como un instrumento de integración social; no obstante, ¿qué ocurre cuando esta integración se basa en la imposición de la violencia y el terror en la población?

A continuación, me gustaría proponer el uso de la poesía como herramienta política y de consumo del discurso hegemónico que internaliza la violencia. Jacques Rancière sostiene, en The politics of Literature, que existe una conexión entre política –como práctica colectiva– y literatura –como práctica del arte de escribir–. Los seres políticos poseen la palabra para definir qué es lo justo y qué es lo injusto; mientras que los escritores producen significado y utilizan las palabras para construir un mundo común.

De esta forma, se propone una nueva relación entre el acto de hablar, el mundo que se configura y la significación de las palabras, en cuanto la literatura se convierte en una máquina “for self-interpretation and for the re-poetization of life, capable of converting all the rubbish of ordinary life into poetic bodies and signs of history” (Rancière 29).

A partir de estas ideas, propongo que la poesía funciona como un régimen de significado que permite interpretar el mundo y transformarlo a partir de las mismas prácticas de la violencia que se observan. La labor poética funciona tanto de manera política como literaria para cuestionar el discurso hegemónico que utiliza la violencia para condicionar a los hablantes y a los ciudadanos.

Del mismo modo, quisiera contrastar [¿o conectar?] esta función política y literaria con el concepto de desapropiación propuesto por Cristina Rivera Garza. Las indagaciones de la autora rondan las preguntas “¿Qué significa escribir hoy en ese contexto [de violencia]? ¿Qué tipo de retos enfrenta el ejercicio de la escritura en un medio donde la precariedad del trabajo y la muerte horrísona constituyen la materia de todos los días? ¿Cuáles son los diálogos estéticos y éticos a los que nos avienta el hecho de escribir, literalmente, rodeados de muertos?” (Rivera Garza 19).

[…]

[Las notas a pie de página han sido omitidas para facilitar la lectura en línea]

Rocío del Águila Gracey (Lima, 1988). Estudiante de doctorado del programa de Culturas Latinoamericanas, Ibéricas y Latinas en el Centro de Graduados de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. Es magíster en Estudios Hispánicos por la Universidad de Illinois en Chicago. Ha publicado los libros de poemas La falsa piel que me habita (Hipocampo editores, 2013) e Infinito (Hipocampo editores, 2015).

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Artículos, Lucerna N°13

Locura y transgresión: la sexualidad disidente de la Madre y la Pianista en Efecto invernadero de Mario Bellatin (Lucerna N°13)

Mario Bellatin en Lucerna N°13 WEB

[Extracto del artículo «Locura y transgresión: la sexualidad disidente de la Madre y la Pianista en Efecto invernadero de Mario Bellatin», publicado en Lucerna N°13 (Diciembre 2020)]

Por: Alexandra Arana Blas

El escritor Mario Bellatin (México DF., 1960) tiene una literatura que se caracteriza por un lenguaje sencillo, minimalista y directo; que presenta personajes generalizados, y tanto los detalles como los espacios cobran un sentido simbólico en sus historias. Estas mismas las podemos encontrar en la novela Efecto invernadero, escrita en 1992. Si bien esta no ha gozado del éxito masivo que podemos identificar en otras de sus obras, como Salón de belleza, se trata de una que debe ser rescatada por la complejidad y contradicción de sus personajes queer, quienes también corren el riesgo de caer en la jerarquización del poder.

Efecto invernadero tiene como protagonista a Antonio, joven artista que se encuentra en sus últimos años de vida y pide la ayuda del Amante y la Amiga para que lleven a cabo los preparativos para su muerte. En una narración no lineal, se nos presentará la vida de Antonio en París y en Lima, así como las relaciones que tuvo tanto con hombres como con mujeres. Si bien uno podría identificar a Antonio como un personaje fuera de la norma, su relación y aproximación con personajes como la Madre y la Pianista demuestran que en realidad ha asimilado el discurso hegemónico y ejerce poder para oprimirlas.

A partir de lo expuesto, el objetivo del presente ensayo será demostrar el límite de la transgresión del discurso que realiza Antonio y sustentar que, en realidad, es un personaje queer fallido. Para ello, se analizará su relación con la Madre y con la Pianista y se propondrá que la Pianista es el personaje más oprimido, ya que se trata de un personaje femenino queer que desestabiliza el discurso, por lo cual será castigada y silenciada.

Desmintiendo lo “íntimo”: la internalización de las normas
El sentido común nos dicta que el inconsciente es lo más íntimo del sujeto, aquello que no se ve influenciado por elementos externos. Sin embargo, autores como Jacques-Alain Miller señalan que este es producto de fuerzas “externas” e “internas”, con lo cual debe ser considerado como un “éxtimo”. De esta manera, uno de los primeros componentes que forman el inconsciente será el género, dividido por la sociedad en masculino y femenino, el cual se basa en el sexo asignado al nacer. Esta dicotomía del género tendrá por consecuencia la repartición de roles y la “heterosexualización del deseo”. Este último direccionará el deseo hacia las personas del sexo opuesto, con el fin de asegurar la reproducción de la población y la dinamización del sistema de producción. Por ello, todo deseo que escapa de la norma, como la homosexualidad, será marginalizado, y se situará al lesbianismo en la esfera de lo innombrable y lo impensable. Para que un sujeto sea considerado como queer en este contexto, debe disolver las fronteras del cuerpo y del espacio, así como someter a crítica su propia identidad, con lo cual cuestionará las normas interiorizadas que rigen sus acciones.
[…]

[Las notas a pie de página han sido omitidas para facilitar la lectura en línea]

María Alexandra Arana Blas (Lima, 1994). Es Licenciada en Literatura Hispanoamericana por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha colaborado en el Proyecto Sacsamarca de la DARS, del cual se tuvo por resultado un documental y un libro sobre las festividades de la comunidad ayacuchana de Sacsamarca. Ha redactado una tesis alrededor de la representación de los personajes femeninos queer en la literatura peruana de los años 90, y ha ganado premios de investigación alrededor del estudio de personajes femeninos y queer en la literatura. Actualmente se dedica a la investigación de la cultura pop, la cultura asiática (china y japonesa), género y comunidades queer y LGBTIQ+

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Lucerna N°13, Reseñas

Reseña de Blanco y negro. La razón contradictoria de Ulises García, de Carlos Herrera (Lucerna N°13)

Blanco y negro. La razón contradictoria de Ulises García: La recuperación de la contradicción

Reseña publicada en Lucerna N°13

La Travesía Editora
Año: [1995] 2020
Páginas: 148

Por: Lenin Lozano

La década de 1990 fue una época de crisis política en la cual nuevos escritores buscaron una renovación de la narrativa urbana. Este espacio cobró protagonismo con el realismo sucio como síntoma de la coyuntura social, pero paralelamente hubo una exploración en los propios mecanismos artísticos y literarios que derivaron en obras metaficcionales, de rasgos experimentales, o creadoras de un metalenguaje, acaso como una forma indirecta de aludir a la realidad a través de un lenguaje hermético y autorreferencial, y con personajes que parecían ver el mundo desde los propios códigos de la ficción. En este escenario surge Blanco y negro.

La novela de Herrera cuenta la historia de Ulises García, un hombre singular por su incapacidad para sintetizar o tomar una postura, decisión, o acción concreta, ante su continua tendencia de inclinarse hacia los extremos (desde el plano más práctico e inmediato, hasta las cuestiones más profundas del saber humano, vinculados a la religión, política, etc.). La novela ofrece una biografía particular, donde veremos desfilar los más distintos temas concernientes a los aspectos determinantes de la vida de Ulises, quien por su formación erudita, constantemente introduce reflexiones filosóficas y artísticas. Pero la obra nos da acceso a esta peculiar vida bajo una estructura bastante extraña: el estudio científico y filosófico, que curiosamente parece anticipar un tipo de lenguaje que se volverá preponderante en el ámbito de los estudios literarios de los próximos años. En efecto, basta solo con mirar el índice para observar un universo donde se privilegia el metalenguaje, pero que a la vez ironiza sobre él.

Vista en su contexto, Blanco y negro nos interroga sobre el rol que juegan las ciencias y las disciplinas para dar explicaciones sobre los conflictos existenciales de los peruanos y la coyuntura social de los noventa, una época bastante convulsionada por las acciones destructivas de Sendero Luminoso y la dictadura fujimorista. Y si bajo una primera impresión, esta novela pareciera hablarnos de un personaje totalmente ficticio o imaginativo, no están ausentes las referencias a hechos sociales importantes de los últimos años, desde luego con la esperada distancia que permita remarcar el tono irónico, consecuente con la incapacidad de Ulises para realizar la dialéctica (de ahí su imposibilidad para definirse en una tendencia política específica, por ejemplo). Asimismo, las referencias a las disciplinas, a pesar de ahondar en ciertos temas de amplia reflexión, se complementan con un lenguaje generalmente conciso y directo, que traza una mayor cercanía entre autor y lector, sobre todo para transmitir una historia que a primera vista parecería estar dirigida a un público letrado específico.

Los atributos de Ulises bien podrían ser los de un héroe posmoderno, o un revés del modelo cínico: la firme creencia en el valor de cada concepto y en su opuesto simultáneamente, por lo que en la práctica no se puede tomar una decisión concreta. Al mismo tiempo, el recorrido por la vida de Ulises nos demuestra que, más allá de su peculiaridad, él es resultado de una serie de circunstancias de diversa índole (“fuera por una curiosa disposición de las circunvoluciones cerebrales o por una temprana influencia del entorno”, dice Herrera), cuya confluencia solo puede producirse en el convulsionado Perú de mediados de los noventa. No debería sorprender, entonces, la incapacidad del personaje de adaptarse a una vida convencional, ni su estoica decisión de trabajar solo para cumplir sus necesidades básicas y su admirable entrega a la lectura. Esta actitud hasta cierto punto inocente lo llevará inevitablemente a lidiar con la realidad inmediata y con dos demonios enfrentados por el destino del Perú (el Grupúsculo y la Banda), con lo cual se establece un horizonte trágico para su absurda vida.

Ulises se volverá un personaje familiar y quizá entrañable para muchos, sobre todo para los peruanos, porque contra lo previsible, su entrega total a una heterogénea y contradictoria serie de conceptos posibles puede ser la anticipación de un fenómeno social preponderante hacia el inicio del presente siglo: la corrección política. En esta línea, considero que la novela nos invita a realizar en nombre de Ulises aquello que le ha sido negado durante toda su vida: tomar una posición definida (y quizá dialéctica), y ver junto con este héroe, el diagnóstico de una sociedad atravesada por insistentes binarismos desde hace más de veinticinco años.

La reedición de Blanco y negro demuestra la importancia de una novela canónica de los noventa, no solo por una cuestión de reconocimiento del pasado de la tradición literaria, sino por lo que nos puede revelar de la idiosincrasia peruana del presente. No es casual que el prólogo de Fernando Iwasaki, incluido en esta edición conmemorativa, y el comentario en la contracarátula de Enrique Prochazka, resalten las amplias virtudes de la novela. Sin embargo, tampoco deja de ser llamativo que ambos escritores celebren la actitud de Ulises y vean en él un modelo sociocultural y político, porque considero que estas posturas inciden en una simplificación del antagonismo y los conflictos sociales, y más aún, son un síntoma de cuán difícil sigue resultando darle un sentido a la razón contradictoria de Ulises García.

Lenin Lozano Guzmán (Lima, 1990). Estudió Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y es estudiante doctoral de Literaturas Hispánicas en la Universidad de Pennsylvania. Tiene a su cargo el blog literario Relámpagos en los ojos.

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